Permitidme recuperar de la novela un extracto del texto incluido en la "Nota del autor", para explicar cómo comenzó todo:
Aun siendo uno de los inviernos
más cálidos en los últimos años, recuerdo la mañana del 31 de diciembre de 2012
como uno de los días más gélidos de toda nuestra estancia en Berlín. Bien
abrigados, afrontábamos una jornada que nos llevaría a visitar uno de los
lugares más duros y estremecedores que he visto. Un lugar que no deja
indiferente a nadie. Un lugar que es la prueba de que el ser humano es capaz de
traspasar los límites de la razón, y ser extremadamente cruel con sus semejantes por el hecho de ser diferentes en cuanto a raza, credo, orientación
sexual o ideología política.
Por ser el día que era —El
día de nochevieja—, no estaba abierto el museo y tampoco había visitas guiadas.
Tal vez fue por eso por lo que todo resultó aún más frío. Apenas había 20
personas visitando el campo y ello hizo que en algunos momentos escucháramos el
eco de nuestras voces al hablar.
Dimos un largo paseo por el recinto. Vimos las torres
de vigilancia; la torre A; la zona de grava, con esa valla electrificada; vimos
uno de los barracones de prisioneros a través de las ventanas; la enfermería,
con la mesa de autopsias; el monumento en memoria de los prisioneros; las imágenes
de objetos, documentos y personas expuestas en el muro Oeste y por último, el
lugar en el que se llevaban a cabo las ejecuciones y el crematorio.
La historia que cuento en estas páginas nació al
despertar un buen día, unas semanas después de regresar de Berlín.
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